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Diabetes: La clave de su prevención

El riesgo de diabetes implica tener en cuenta diferentes aspectos para su prevención. Descubre diferentes hábitos saludables que pueden evitar su desarrollo.

En general, cuando hablamos de prevenir la diabetes, nos referimos a la del tipo 2, asociada a factores de riesgo que se pueden controlar. Cuando hablamos de diabetes tipo 2, la mayoría de los casos se pueden prevenir o retrasar llevando un estilo de vida saludable. En los casos de diabetes tipo 1, la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad sin una causa clara, aunque se cree que se trata de un trastorno autoinmune.

Los factores de riesgo del desarrollo de diabetes incluyen [1]:

  • Llevar un estilo de vida sedentario sin suficiente actividad física
  • Tener sobrepeso u obesidad
  • Tener niveles altos de colesterol o triglicéridos en sangre, causados por una dieta poco saludable
  • Tener prediabetes o síndrome del ovario poliquístico
  • Tener antecedentes familiares
  • Padecer depresión
  • Sufrir hipertensión
  • Tener más de 45 años

Algunas personas pueden tener un alto nivel de glucosa en sangre sin llegar a alcanzar los niveles suficientes para el diagnóstico de diabetes, o bien tener una tolerancia alterada al azúcar, lo cual se conoce como “prediabetes”. Aunque no todas las personas con prediabetes terminan desarrollando diabetes del tipo 2, sí tienen más posibilidades, por lo que es importante hacer controles y seguimientos si existen factores de riesgo o se sabe que se padece prediabetes. [1]

 

Cómo prevenir la diabetes

Los hábitos saludables son fundamentales para evitar el desarrollo de esta enfermedad y de otras. Si no se siguen, es importante aplicar estos cambios en el estilo de vida.

 

1. Bajar el exceso de peso, si lo hay

Según un estudio, las personas con sobrepeso que bajaron aproximadamente el 7% del mismo redujeron en un 60% el riesgo de desarrollar diabetes. Cuanto más cerca se esté del peso óptimo, mayores son los beneficios en salud.  

Para bajar de peso de forma saludable, es recomendable consultar a un profesional médico o dietista y combinar la dieta asignada con ejercicio físico regular, además de limitar el consumo de alimentos poco saludables que nos privan de los nutrientes necesarios. [2]

 

2. Realizar actividad física

Hacer ejercicio tiene un gran número de beneficios, como regular el nivel de glucosa al aumentar la sensibilidad a la insulina, disminuir la glucosa en sangre y mantener una buena salud cardiovascular en general.

Para las personas adultas que necesiten prevenir la diabetes, se recomienda realizar unos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico, como caminar, nadar, correr, bailar o ir en bicicleta.

Los ejercicios de resistencia, como las pesas, el yoga o la calistenia, también son muy recomendables de forma complementaria a los aeróbicos. Se recomienda realizarlos 2 o 3 veces a la semana. [2]

 

3. Llevar una dieta saludable

Es importante consumir frutas y verduras en cada comida. Este tipo de alimentos aporta hidratos de carbono de absorción lenta, facilitada por la fibra que contienen. Se trata de nutrientes esenciales que, además, aportan sensación de saciedad. Es importante reducir el consumo de hidratos de carbono de absorción rápida, como dulces y refrescos, ya que no solo aumentan la resistencia a la insulina, sino que hacen que se tenga más hambre al poco rato.

También es recomendable equilibrar el consumo de proteínas también puede ayudar, favoreciendo aquellas de origen vegetal, como las legumbres, frutos secos y cereales integrales, en lugar de carnes rojas. También es recomendable consumir pescado azul y lácteos bajos en grasa como fuentes proteicas.

También se debe eliminar el consumo de tabaco y alcohol. [2]

 

4. Realizar controles periódicos del estado de salud

Realizar controles de salud, especialmente si se sufren factores de riesgo, es clave para tomar conciencia de los niveles de glucosa en sangre y prevenir su aumento, con uso de medicación si un especialista lo considera adecuado. Además, esto también sirve para llevar un seguimiento de la presión arterial y el colesterol, dos factores de riesgo, y tomar medidas si es necesario. [2]

 

Síntomas de la diabetes

Los síntomas de la diabetes pueden variar de persona a persona, y son diferentes según se trate de diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2. [5]

 

Síntomas de la diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 aparece debido a una reacción del organismo ante las células que secretan la insulina. Ante la falta de insulina, los síntomas pueden aparecer rápidamente. [3]

  • Aumento de la necesidad de orinar, a menudo con urgencia. Debido a que las células no pueden asimilar las altas concentraciones de sangre, estas se evacuan a través de la orina, por lo que aumenta la frecuencia de la necesidad de ir al baño, conocida como poliuria.
  • Sed extrema. La elevada frecuencia de micción puede llevar a la deshidratación y a una sensación de sed constante.
  • Pérdida de peso sin causa aparente. El metabolismo recurre a las reservas de lípidos y proteínas cuando no es posible acceder a la glucosa como fuente de energía. Por ello, las personas con diabetes tipo 1 suelen perder peso y masa muscular sin intentarlo.
  • Hambre extrema. La falta de insulina impide que la glucosa entre en las células. Esto causa que, por mucho que se coma, las células (y particularmente las neuronas) sigan necesitando una fuente de energía; por ello, la sensación de hambre no desaparece ni después de comer.
  • Sensación de cansancio y debilidad. La dificultad de las células para usar la glucosa como combustible causa que la persona se siente fatigada. Es común que, debido a este cansancio, la persona se vuelva irascible e irritable.
  • Visión borrosa. La cantidad de glucosa en circulación afecta al cristalino de los ojos, haciendo que retenga más agua, se hinche y se deforme, lo cual produce una visión borrosa cuando existe hiperglucemia.
  • Náuseas y vómitos. Al recurrir a los lípidos como fuente de energía, se liberan cuerpos cetónicos en el organismo que pueden inducir náuseas e incluso vómitos. Cuando hay una presencia alta de cuerpos cetónicos, el aliento tiene un olor dulce parecido a la fruta.
  • Infecciones. Algunos microorganismos como los hongos y bacterias se alimentan de los altos niveles de glucosa, pudiendo afectar a la flora microbiana del tracto urinario y genital. Esto causa que la persona sea más propensa a contraer infecciones como la cistitis, la pielonefritis o la candidiasis vaginal.

 

Síntomas de la diabetes tipo 2

Los síntomas son parecidos a la diabetes tipo 1, pero suelen aparecer de forma gradual y menos intensa, por lo que pueden pasar desapercibidos mucho tiempo. [3]

  • Mayor necesidad de orinar, beber y comer. Ocurre por las mismas razones que en la diabetes tipo 1, pero puede pasar desapercibido debido a la menor intensidad y urgencia.
  • Cansancio. Existe un mal aprovechamiento de la glucosa como fuente de energía, por lo que la persona puede sentirse cansada y fatigada de forma frecuente.
  • Entumecimiento o hormigueo en pies y manos. La hiperglucemia afecta a la circulación sanguínea y a los nervios, provocando una pérdida de sensibilidad, hormigueo o entumecimiento.
  • Cortes y hematomas. Las heridas pueden tardar más en curarse, ya que la glucosa impacta en el proceso de reparación de los tejidos.
  • Visión borrosa. Como en la diabetes tipo 1, la alta concentración de glucosa afecta al volumen del cristalina de los ojos; pero, además, si la hiperglucemia permanece durante periodos prolongados sin diagnosticar, puede afectar también a la retina.
  • Infecciones. La presencia de altos niveles de glucosa favorece la aparición de infecciones recurrentes, en el tracto urinario, los genitales, la piel, las encías y el aparato respiratorio.

 

Qué se puede hacer desde la farmacia contra la diabetes

Como se ha visto, la prevención es especialmente importante en el desarrollo de la diabetes. Además, el estilo de vida y el seguimiento son claves en el pronóstico de la enfermedad para aquellas personas diagnosticadas. La farmacia comunitaria puede jugar un papel importante en ambos, aprovechando la cercanía con el paciente para transmitirle los conocimientos necesarios sobre la enfermedad [4]:

  • Prevención: la farmacia comunitaria puede concienciar a los pacientes con factores de riesgo sobre la importancia de llevar hábitos de vida saludables y hacer controles periódicos, ya sea mediante el contacto directo con la persona o mediante campañas de educación en salud.
  • Seguimiento: las personas con diabetes requieren un seguimiento constante. El profesional farmacéutico, además de la dispensación de medicamentos, puede recordar al paciente la importancia de acudir a los especialistas médicos al menos una vez al año. También es clave instruirle sobre el uso de recursos para el manejo de insulina, el glucómetro y las pruebas de autoanálisis, entre otros.

 

Descubre más:

13 consejos sobre cómo combatir la diabetes de forma natural 

 

Referencias

[1] Prevención de la diabetes. Federación Española de Diabetes. Disponible en: https://fedesp.es/diabetes/prevencion/ [Acceso: 9/11/22]

[2] Prevención de la diabetes: 5 consejos para tomar el control. Mayo Clinic. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/type-2-diabetes/in-depth/diabetes-prevention/art-20047639 [Acceso: 9/11/22]

[3] Síntomas de la diabetes. Federación Española de Diabetes. Disponible en: https://fedesp.es/diabetes/sintomas/#Sintomas_de_los_distintos_tipos_de_diabetes [Acceso: 9/11/22]

[4] Atención al paciente diabético desde la farmacia comunitaria. El farmacéutico. Disponible en: https://www.elfarmaceutico.es/tendencias/te-interesa/atencion-paciente-diabetico-farmacia-comunitaria_150480_102.html [Acceso: 9/11/22]

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