
5 errores a evitar con tus medicamentos en verano
El verano es sinónimo de vacaciones, días más largos y mayor exposición al sol. Sin embargo, las altas temperaturas y los cambios en nuestras rutinas pueden comprometer la eficacia y seguridad de los medicamentos. Para el profesional farmacéutico, es una época crucial para reforzar la educación sanitaria y asegurar que los pacientes conocen los riesgos asociados a una mala conservación o a la interacción de ciertos fármacos con la radiación solar.
Desde la oficina de farmacia, jugamos un papel fundamental como asesores de salud. Conocer y divulgar los errores más comunes en el manejo de los medicamentos durante el periodo estival es clave para prevenir problemas y garantizar la continuidad de los tratamientos. A continuación, desgranamos cinco errores que debemos ayudar a nuestros pacientes a evitar.
1. No leer (o ignorar) las condiciones de conservación
Uno de los errores más frecuentes es asumir que todos los medicamentos se conservan de la misma manera [1]. Las condiciones de almacenamiento son específicas para cada fármaco y vienen determinadas por rigurosos estudios de estabilidad que garantizan su calidad, seguridad y eficacia hasta la fecha de caducidad [2].
Es fundamental insistir en la lectura del prospecto, donde se detallan las pautas de conservación. Generalmente, nos encontramos con tres escenarios [2, 5]:
- Medicamentos que requieren refrigeración (entre 2ºC y 8ºC): Aquí se incluyen insulinas, algunas vacunas, colirios, antibióticos en suspensión y otros productos biológicos. Es vital mantenerlos en la nevera, pero lejos del congelador, ya que la congelación puede inactivarlos. Al transportarlos, se debe mantener la cadena de frío [3, 5].
- Medicamentos que deben conservarse por debajo de 25ºC o 30ºC: La mayoría de los fármacos se encuentran en esta categoría. Aunque las olas de calor superen puntualmente estas temperaturas, los ensayos de estabilidad demuestran que exposiciones cortas no suelen afectarles, siempre y cuando se guarden en un lugar fresco y seco, alejado de la luz directa [2, 5]. El cuarto de baño o la cocina no son, por tanto, los lugares más adecuados debido a la humedad y los cambios de temperatura.
- Medicamentos sin condiciones especiales de conservación: Muchos fármacos pueden mantenerse a temperatura ambiente sin problemas. Han sido testados para resistir temperaturas de hasta 40ºC durante seis meses sin degradarse [2].
La recomendación desde el mostrador debe ser clara: revisar siempre el envase y el prospecto y, ante la duda, consultar al farmacéutico [1].
2. El coche: el peor enemigo de tus medicamentos
Dejar los medicamentos en el coche, especialmente en la guantera o el maletero, es un error de graves consecuencias. Durante el verano, el interior de un vehículo estacionado al sol puede alcanzar temperaturas superiores a los 60ºC en pocos minutos, convirtiéndose en un horno que puede alterar irreversiblemente la composición del fármaco [2, 3].
Esta exposición a temperaturas extremas puede [1, 5]:
- Reducir la eficacia del principio activo: El calor puede degradar las moléculas, haciendo que el medicamento no produzca el efecto deseado.
- Alterar las propiedades fisicoquímicas: Formas farmacéuticas como cremas, supositorios, óvulos o geles son especialmente sensibles. Pueden fundirse, cambiar de textura o perder su homogeneidad, lo que afecta a su correcta administración y absorción [1].
- Generar productos de degradación tóxicos: En algunos casos, la descomposición del principio activo puede dar lugar a sustancias nocivas para el organismo.
Debemos aconsejar a los pacientes que lleven siempre sus medicamentos consigo al abandonar el vehículo. Si necesitan transportarlos en un viaje largo, la mejor opción es una nevera portátil, incluso para aquellos que no requieren refrigeración estricta, pero sí protección contra el calor extremo [3].
3. Romper la cadena de frío en los desplazamientos
Para los medicamentos que necesitan conservarse en frío, como las insulinas o ciertas terapias biológicas, mantener la cadena de frío durante un viaje es innegociable. Un error común es transportarlos sin la debida protección, pensando que un trayecto corto no les afectará [3].
Como profesionales, debemos ofrecer pautas claras para el transporte seguro [3, 5]:
- Utilizar una nevera portátil o un embalaje isotérmico con acumuladores de frío.
- Asegurarse de que el medicamento no entre en contacto directo con el acumulador de frío congelado, ya que podría congelarse y dañarse. Se recomienda envolver el fármaco en un paño o colocar una barrera entre ambos.
- Al llegar al destino, guardar el medicamento en la nevera lo antes posible.
La planificación es esencial. Hay que calcular la duración del viaje y asegurarse de que la nevera mantendrá la temperatura adecuada durante todo el trayecto. Este consejo es vital para pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, cuya terapia depende de la correcta conservación de la insulina [1].
4. Subestimar el riesgo de fotosensibilidad
La fotosensibilidad es una reacción cutánea anormal que se produce por la interacción entre una sustancia química (en este caso, un medicamento) y la exposición a la radiación solar [4]. Muchos pacientes no son conscientes de que su medicación habitual puede convertir un agradable día de sol en un problema dermatológico serio.
Existen dos tipos de reacciones de fotosensibilidad [4]:
- Fototoxicidad: Es la más común. No requiere una sensibilización previa y la reacción aparece al poco tiempo de la exposición solar (minutos u horas). Se manifiesta como una quemadura solar exagerada, con eritema, edema y, en ocasiones, ampollas en las zonas fotoexpuestas.
- Fotoalergia: Es menos frecuente y requiere una sensibilización previa. El sistema inmunitario reconoce al fármaco modificado por el sol como un alérgeno. La reacción es tardía (24-48 horas) y se presenta como un eccema, con picor intenso, que puede extenderse a zonas no expuestas al sol.
Son más de 300 los fármacos que pueden causar fotosensibilidad. Es nuestro deber identificar a los pacientes en riesgo y proporcionarles la información adecuada. Algunos de los grupos farmacológicos más implicados son [1, 4]:
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Ibuprofeno, naproxeno, ketoprofeno (especialmente en su forma tópica), diclofenaco.
- Antibióticos: Tetraciclinas (doxiciclina), quinolonas (ciprofloxacino, levofloxacino), sulfamidas.
- Antihipertensivos: Diuréticos tiazídicos (hidroclorotiazida), IECAs (enalapril), ARA II (losartán), calcioantagonistas (nifedipino).
- Retinoides: Isotretinoína, acitretina.
- Psicofármacos: Antidepresivos, antipsicóticos.
- Hipoglucemiantes orales: Sulfonilureas.
- Antihistamínicos.
La recomendación principal es evitar la exposición solar directa en las horas centrales del día (de 12 a 16 h), utilizar fotoprotectores con un factor muy alto (SPF 50+) que cubran tanto la radiación UVB como la UVA, y usar ropa protectora, sombreros y gafas de sol homologadas [6, 7].
5. Utilizar un medicamento con el aspecto alterado
El calor no solo afecta a la eficacia, sino también a la apariencia del medicamento. Un cambio en el color, el olor o la consistencia es una señal de alarma que nunca debe ser ignorada [1].
Debemos instruir a los pacientes para que inspeccionen sus medicamentos antes de usarlos, sobre todo aquellos más susceptibles como [1, 5]:
- Cremas y pomadas: Pueden separarse en fases (agua y aceite), volverse más líquidas o granulosas.
- Supositorios y óvulos: Pueden ablandarse o derretirse.
- Soluciones y jarabes: Pueden cambiar de color o presentar precipitados.
- Cápsulas: Pueden ablandarse, pegarse entre sí o deformarse.
Si un medicamento presenta un aspecto anómalo, la recomendación es clara: no utilizarlo. Se debe desechar en un Punto SIGRE de la farmacia para garantizar su correcta eliminación y consultar al farmacéutico para valorar la necesidad de reemplazarlo [1]. Utilizar un fármaco alterado no solo puede ser ineficaz, sino también perjudicial.
Conclusión: El farmacéutico, un pilar en la salud estival
El verano presenta desafíos únicos en la gestión de la medicación. Como farmacéuticos, nuestra labor de asesoramiento y educación es más importante que nunca. Recordar a los pacientes estos cinco errores comunes y ofrecerles soluciones prácticas y basadas en la evidencia científica es fundamental para prevenir problemas de salud, asegurar la adherencia terapéutica y reforzar nuestro papel como agentes sanitarios indispensables en la comunidad. La prevención y la información son nuestras mejores herramientas para que el calor no ponga en jaque la salud de nuestros pacientes.
Referencias:
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¿Cómo afecta el calor a los medicamentos? | Teva - TEVAFarmacia. https://www.tevafarmacia.es/academia/voy-ser-farmaceutico/como-afecta-el-calor-los-medicamentos (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
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La AEMPS recuerda cómo conservar los medicamentos en verano. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). https://www.aemps.gob.es/informa/notasinformativas/la-aemps-recuerda-como-conservar-los-medicamentos-en-verano/ (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
-
Cómo conservar los medicamentos en verano - Mundo Farmacéutico. https://www.mundofarmaceutico.es/-/tu-farmacia-al-dia/detras-del-mostrador/como-conservar-los-medicamentos-en-verano (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
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Medicamentos fotosensibilizantes - Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP). https://www.sefap.org/2019/07/11/medicamentos-fotosensibilizantes/ (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
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Medicamentos y calor - AEMPS. https://www.aemps.gob.es/ciudadania/medicamentos-y-calor/ (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
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¿Cómo prevenir los efectos de las altas temperaturas sobre la salud? - La Moncloa. https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/sanidad14/paginas/2023/150623-medidas-proteccion-altas-temperaturas.aspx (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
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El Ministerio de Sanidad recuerda las recomendaciones sanitarias frente a las temperaturas extremas de cara a la próxima ola de calor. Ministerio de Sanidad. https://www.sanidad.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=5430 (Fecha última consulta: 15 de julio de 2025).
NPS-ES-NP-00939 (Julio 2025)