
No da igual cuándo cobrar: el coste de los cobros aplazados
Solicitar financiación para hacer frente a nuestros gastos durante el tiempo que se tarda en cobrar una factura aplazada puede conllevar que los costes financieros se coman buena parte de nuestros beneficios.
Veámoslo con un ejemplo de empresa hipotética:
Ingresos mensuales: 20.000€, de los cuales:
5.000€ se cobran al contado
15.000€ se cobran a 90 días
Gastos mensuales: 10.000€, que se pagan todos al contado (alquiler, nóminas, …)
Esta empresa cada mes tendrá un desfase de tesorería de 5.000€ que no podrá pagar con sus propios recursos hasta pasados 3 meses, momento en el que cobra. Por lo que deberá utilizar sus reservas, si dispone de ellas, para pagar parte de los gastos, perdiendo liquidez y los ingresos que hubiera podido generar con esos fondos, o bien habrá de solicitar financiación a corto plazo.
La fórmula más habitual de financiación a corto plazo sigue siendo la línea de crédito. Una línea de crédito por el importe del ejemplo puede suponer unos gastos financieros anuales de aproximadamente entre 500 y 2.000€. El total de los costes dependerá del dinero que efectivamente se utilice y de las comisiones, intereses y productos asociados que nos obliguen a contratar, que a su vez dependerán de la situación financiera de la empresa y de su vinculación con la entidad bancaria a la que le solicita el crédito. Todos estos conceptos configuran la denominada T.A.E., que es el tipo efectivo de interés que estaremos pagando y que suele ser notablemente superior al interés nominal.
Obviamente, una farmacia no puede negarse a dispensar medicamentos del Sistema Público de Salud. No obstante, dependiendo de lo que tarde en pagar la Comunidad Autónoma en que se encuentre y de qué porcentaje de los ingresos de la farmacia provenga de medicamentos financiados por el Sistema, puede ser muy interesante realizar acciones tendentes a incrementar la facturación a clientes privados. Aunque la cifra de consumo es menor, el pago se recibe al contado, lo que mejora nuestra liquidez y nos puede evitar incurrir en gastos financieros o, al menos reducirlos.
Otras fórmulas para rebajar nuestros gastos de financiación a corto plazo pueden ser negociar los plazos de pago con proveedores, aplazar el pago de impuestos a Hacienda o utilizar vías de financiación alternativa. ¿Eres consciente de tus desfases de tesorería y del coste que te suponen? ¿Qué recursos has utilizado para paliarlos?