Protección solar para niños y adultos: guía completa y consejos

Protección solar para niños y adultos: guía completa y consejos

Cuidar y proteger la piel del sol no se consigue solo con fotoprotectores, también requiere cuidados y hábitos que duren toda la vida. En el caso de los niños, este cuidado se multiplica debido a su alta vulnerabilidad.

Protegerse del sol durante todo el año es básico, pero hacerlo durante el verano, cuando las actividades al aire libre son más frecuentes y se incrementa el contacto con el sol, es fundamental. Los efectos de los rayos solares sobre la piel humana pueden generar daños acumulativos e irreversibles, por lo que el cuidado y la protección es clave para evitar problemas de salud en el futuro.

Diferencias entre rayos UVA, UVB y UVC

Cuando hablamos de rayos UV, es importante distinguir entre los distintos tipos de rayos que afectan a nuestra piel, entre ellos los rayos UVA, UVB y UVC [1]:

  • UVA. Estos son los rayos ultravioleta más potentes y son los que más penetran en la piel. Reducen la efectividad del sistema inmunitario de la piel haciendo que esta envejezca antes. Este tipo de rayos está relacionado directamente con el cáncer de piel.
  • UVB. La energía con la que llegan estos rayos es menor, pero afectan directamente a la epidermis (o la capa más superficial de la piel). Estos rayos, pueden producir rojeces, ampollas, hinchazón o daños oculares.
  • UVC. Gracias a la capa de ozono, estos rayos no llegan a la superficie.

Factores de riesgo en la exposición al sol

Hay una serie de factores de riesgo personales que hacen que ciertas personas deban tener mayor precaución con las radiaciones solares. Las personas más propensas a sufrir quemaduras y otros tipos de lesiones causadas por los rayos UV son [2]:

  • Personas con piel blanca y cabellos rojizos.
  • Personas con antecedentes de quemaduras solares.

Además, este riesgo se ve acentuado por ciertas actividades:

  • Trabajar o pasar mucho tiempo al aire libre aumenta las horas de exposición y, por tanto, el riesgo.
  • Humedecerse la piel aumenta el riesgo, debido a que las gotas de líquido actúan como pequeñas lupas, haciendo que la piel húmeda tienda a quemarse más que la piel seca.
  • Tomar medicamentos fotosensibilizantes aumenta el riesgo de la exposición solar, por lo que conviene tomar más precauciones.  

Es importante tener en cuenta que la intensidad de la radiación UV depende de muchos factores, algunos de los cuales modifican la cantidad de radiación solar, por ejemplo [3]:

  • La hora del día: la mayor radiación tiene lugar entre las 11 y las 16 horas.
  • La estación del año: la intensidad de la radiación es mayor en verano.
  • La latitud geográfica: cuanto más cerca del ecuador se esté, mayor será la radiación.
  • La altitud: la radiación aumenta a medida que aumenta la altitud.  
  • Las nubes: disminuyen la cantidad de radiación, si bien no cabe pensar que no hay radiación UV en días nublados.

Algunos de los efectos de la radiación solar son inmediatos, como la aparición de eritema (lesión cutánea caracterizada por el enrojecimiento de la piel), pigmentación o quemaduras solares. Pero no podemos olvidar que el sol también puede generar daños a largo plazo como el envejecimiento cutáneo o el aumento de riesgo de carcinogénesis (desarrollo del cáncer en células sanas) [3].

¿Por qué es importante la protección solar?  

La razón por la que es importante aplicar fotoprotectores antes de exponerse al sol, es la capacidad que tienen estos productos de proteger la piel de los efectos nocivos del sol. Las cremas solares incorporan ingredientes cosméticos (los denominados filtros solares) que tienen la propiedad de reflejar, absorber o dispersar los rayos solares. Esto permite que la exposición al sol sea más prolongada y menos arriesgada. En general, debemos fijarnos que sean productos de amplio espectro, protegiendo así frente a las radiaciones UVB y UVA [4].

Potenciar el uso del fotoprotector en todos los ámbitos de la vida es imprescindible, pero fomentarlo en la infancia hará que los niños incorporen hábitos sanos de autocuidado.

¿Qué significa el número de la crema solar?

El FPS es la abreviatura de Factor de Protección Solar que indica el número de protección que proporciona, pudiendo ser, en general, de 15, 20, 30 o 50. Si, por ejemplo, el producto tiene un FPS de 30, significa que el tiempo en el que la piel se quema será 30 veces superior al que requiere la misma piel sin protector solar. En función del tipo de piel, la actividad que se esté realizando y los factores ambientales antes descritos, la piel puede quemarse en apenas 10 minutos, por lo que es importante utilizar el FPS adecuado para cada piel, actividad y tiempo de exposición previsto [5].

Cómo elegir el protector solar adecuado

Para elegir un buen producto que nos proteja del sol, será necesario fijarse en tres características importantes [6]:

  1. El FPS (factor de protección solar) debe ser de 30 o superior, en función de la intensidad de la radiación y el fototipo de la persona.
  2. Deben ser de amplio espectro, protegiendo contra los rayos UVA y UVB.
  3. Debe ser resistente al agua; especialmente en el caso de los niños, con una resistencia dentro del agua de entre 40 y 80 minutos.

Protección solar para niños

Las quemaduras solares, la inmunodepresión, el envejecimiento o la carcinogénesis son algunos de los efectos adversos más dañinos del sol en el ser humano. Cuando la exposición se da en niños, ese riesgo aumenta de forma considerable, especialmente por los efectos acumulativos de la exposición al sol: se ha comprobado que el uso regular de protector durante los primeros 18 años reduce en un 78% el riesgo de ciertos carcinomas cutáneos [7]. 

Los más pequeños, son un grupo poblacional muy vulnerable debido a que en ellos la exposición solar tiene efectos biológicos más pronunciados. La piel de los niños, especialmente los menores de tres años, tiene una concentración más baja de melanina protectora y un estrato córneo (la capa más extensa de la epidermis) más delgado. Esto hace que los rayos UV penetren más profundamente. La piel de los más pequeños es más permeable y, por ende, más susceptible a sufrir problemas inducidos por los rayos UV como las quemaduras solares. Debido a que durante el periodo estival los niños pasan mucho tiempo al aire libre, se calcula que reciben el triple de radiación solar que los adultos [3].

Se calcula que, hasta los 18-20 años, se recibe el 40-50% de la exposición acumulativa a la radiación UV hasta la edad de 60 años. Por eso resulta tan necesario incorporar hábitos que fomenten el cuidado de la piel desde la infancia [7].

¿Cómo proteger la piel de los niños?

Dada la sensibilidad y la fragilidad de la piel de los más pequeños, evitar que se quemen será primordial, además de tener en cuenta los siguientes consejos [8]:

  • Durante el verano es importante utilizar gafas de sol, sombreros y camisetas
  • Evitar o reducir la exposición solar durante las horas centrales del día
  • Buscar zonas donde haya sombra o instalar sombrillas
  • Utilizar fotoprotectores adecuados para niños.

¿Cuál es la mejor protección solar para los niños?

Debido a las diferencias que presenta la piel de los más pequeños, el fotoprotector que se utilice para los niños no puede ser el de los adultos. Los protectores solares para niños tienen una serie de características especiales pensadas para las particularidades de su piel [9]:

  • Protección solar sin alcohol: para evitar que la piel se seque, no se utiliza alcohol en la formulación de las cremas solares infantiles, lo que además las hace más resistentes al agua.
  • Protección solar con mayoría de filtros físicos: las cremas infantiles suelen contar con más filtros físicos que químicos. Los filtros físicos son aquellos que proporcionan una capa sólida de protección a la piel y evitan la penetración de la radiación. Normalmente, su textura es más espesa y dejan un acabado blanquecino. Son filtros naturales y no causan alergias, por tanto, su aplicación es más segura.
  • Protección solar sin perfumes: las cremas que lleven perfume pueden producir alergias y sequedad en la piel, por lo que los protectores solares infantiles no lo utilizan.
  • Protección solar más untuosa: las cremas para niños son más sebáceas. Así, deben dejar de utilizarse durante la adolescencia, momento en el que la piel comienza a tener mayor secreción.

Consejos para un bronceado sin riesgos

El uso de fotoprotectores y el cuidado de la piel no es incompatible con broncearse. Sin embargo, para broncearse de forma segura es imprescindible seguir una serie de consejos y pautas que permitan hacerlo sin riesgos [10].

  • Utilizar un fotoprotector adecuado a nuestro fototipo y que proteja de los rayos UVB y UVA.
  • No reutilizar fotoprotectores de años anteriores o que llevan abiertos más tiempo del indicado en el envase como período óptimo de uso una vez abiertos.
  • Aplicar suficiente crema, unos 30 ml de producto. Es mejor excederse que quedarse corto, pues un fotoprotector del que se ha aplicado poca cantidad puede equivaler a un FPS mucho más bajo.
  • El fotoprotector debe extenderse de forma uniforme por toda parte del cuerpo que vaya a estar expuesta al sol. Para zonas delicadas como labios o párpados, se recomienda utilizar un FPS elevado e hipoalergénico.
  • Debe aplicarse entre 30 y 60 minutos antes de la exposición al sol, y volver a aplicarlo cada 2 horas.
  • Después de cada baño se recomienda secarse bien, pues la piel húmeda absorbe 5 veces más UV que la piel seca y disminuye la eficacia de los fotoprotectores.
  • Hay que evitar las exposiciones prolongadas al sol, pues la epidermis tolera una cierta cantidad de sol diaria.
  • Hay que evitar las horas centrales del día, en las que la radiación UVB es más elevada.
  • Nunca se debe exponer a bebés ni a personas mayores al sol de forma directa.

Frente a cualquier duda, es esencial consultar con un profesional sanitario para recibir las mejores indicaciones.

Descubre más:

7 mitos y bulos sobre la fotoprotección 

 

[1] Protección solar, imprescindible para proteger la piel. Consalud. Disponible en: https://www.consalud.es/estetic/cosmetica/proteccion-solar-se-utilizar-ninos-adultos_94250_102.html [Acceso: 16/04/2023]

[2] Quemaduras solares - Síntomas y causas. Mayo Clinic. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/sunburn/symptoms-causes/syc-20355922 [Acceso: 17/04/2023]

[3] M. Valdivielso Ramos, C. Mauleón Fernández, E. Balbín Carrero, P. de la Cueva Dobao, E. Chavarría Mur, J.M. Hernanz Hermosa. Fotoprotección la infancia. Servicio de Dermatología, Hospital Infanta Leonor. Madrid. 2009, vol. 11, no 42.

[4] A. Garrote, R. Bonet. Fotoprotección. Factores de protección y filtros solares. Elsevier. 2008, vol. 17, no 5, p. 63-73.

[5] C. Batlle. Factor de protección solar. Elsevier. 2005, vol. 24, no 6, p. 65-72.

[6] Cómo escoger y usar un protector solar. Nemours Kids Health. Disponible en: https://kidshealth.org/es/parents/sunscreen.html [Acceso 13/04/2023]

[7] G. M. Garnacho Saucedo, R. Salido Vallejo, J. C. Moreno Giménez. Anales de pediatría. Efectos de la radiación solar y actualización en fotoprotección. Science Direct.  2020, vol. 92, no 6, p.377.e1-377.e9

[8] Diferencias entre la crema solar de niños y de adultos. CuídatePlus. Disponible en: https://cuidateplus.marca.com/familia/nino/2016/05/12/diferencias-crema-solar-ninos-adultos-112743.html [Acceso:11/04/2023]

[9] Diferencias entre la crema solar de nmiños y la de adultos. CuídatePlus. Disponible en: https://cuidateplus.marca.com/familia/nino/2016/05/12/diferencias-crema-solar-ninos-adultos-112743.html [Acceso:17/04/2023]

[10] M. T. Alcalde Pérez. Fotoprotección. 15 consejos para un bronceado seguro. Elsevier. 2012, vol 26, no 3, p.46-50.

 

 

NPS-ES-NP-00259

Comparte

Contenido relacionado