¿Hasta cuándo la subasta andaluza de medicamentos?

La subasta andaluza ha supuesto un antes y un después en la botica andaluza, especialmente en la farmacia rural.

Desde que en el año 2011 este sistema de suministro de medicamentos entrara en vigor, ha supuesto un cambio radical en la farmacia a la hora de dispensar, almacenar, gestionar el stock y dispensar, de manera insólita y complicada no solo para la farmacia, sino y sobre todo para los pacientes.

En nuestro día a día en la oficina de farmacia nos encontramos con: desabastecimientos, cambios en las dispensaciones, cuando entra en vigor una nueva subasta, pedidos para cubrir los desabastecimientos, etc. y todo ello sumado al caos que ya nos supone a los farmacéuticos. Hay que explicarlo a los pacientes en un idioma que entiendan y con la mejor de nuestras sonrisas, para que su confianza en nosotros como profesionales y en el medicamento que están tomando no merme un ápice.

Así de duro es. Desde mi punto de vista como farmacéutica rural, soy co-propietaria de una Oficina de Farmacia en un municipio de Jaén de unos 4.000 habitantes, la subasta de medicamentos nos ha traído más perjuicios que beneficios.

Los anunciados beneficios debidos a la reducción del gasto económico no se han revertido ni en la Sanidad Pública ni en los pacientes, ni mucho menos en las farmacias, muy al contrario, la farmacia ha sostenido y sostiene ese ahorro reduciendo su rentabilidad considerablemente.

Profundizando un poco más, lo que nos ha traído la subasta de medicamentos es:

Desde el punto de vista de la farmacia

  • Disminución de la rentabilidad a las farmacias andaluzas, especialmente las rurales donde prácticamente toda la facturación son recetas.
  • Desabastecimientos continuados, con el consiguiente cambio de medicinas al paciente, paciente que estoicamente lo acepta, como mejor puede.
  • Un caos en la gestión del stock y por lo tanto para poder sobrevivir, se necesita un escrupuloso seguimiento de las múltiples especialidades genéricas y una meticulosidad en los pedidos que hace que a veces “no tengas de nada”, aun teniendo las estanterías llenas.

Desde el punto de vista del paciente

  • Desconfianza hacia el sistema
  • Poca adherencia al tratamiento, con reflexiones como: “no me tomo estas pastillas hasta que no vengan las mías”.
  • Compra de medicamentos por parte del usuario, con el comentario: “ya no me dais las de antes, pues me las compro”.

Yo sinceramente, no he comprendido ni visto el beneficio para el Sistema Andaluz de Salud de las subastas, porque el sistema somos todos y la farmacia el establecimiento de salud más cercano al paciente, que además de prestar un valioso servicio para la población, crea empleo y debe ser gestionada como la empresa, pequeña, que es.

Ahora con el nuevo gobierno andaluz, parece que se abre una vía alternativa y el final de este camino, al anunciar el cese de las subastas y su derogación en el plazo de 2 años, cuando expiren los actuales contratos vigentes con los laboratorios.

Esperemos cautelosamente que así sea y mientras tanto, seguiremos haciendo lo que mejor sabemos hacer que es ofrecer un servicio sanitario, un consejo farmacéutico y nuestra mejor disposición para la tranquilidad y confianza de nuestros pacientes.

 

Mª Angustias Velasco Valenzuela.

Farmacéutica, Nutricionista y Social Media en Farmacia Óptica Velasco.

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